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... Una vez escuché decir: dame una cuadrilla con los mejores hombres del muelle. fornidos y curtidos por el trabajo; profesionales de la carga y mudanza; gente de gimnasio de los ma´s actuales tiempos, pero que no se conozcan ni hayan pasado fatigas juntos. Te aseguro que el paso no llegará ni de aquí a la salida de la iglesia sin que se peleen. Lo más seguro es que, a mitad del camino de la carrera oficial, ya los zancos del paso vayan dando en el suelo y que estén todos en desacuerdo con el trabajo del compàñero de al lado.
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Ahora bien, dame una cuadrilla de chavales nuevos, con ganas, que todos se lleven bien, sean amigos y se conozcan de un tiempo: da igual que sean hermanos o no. Con ellos te llevo el paso a la Catedral, pero no a la de Sevilla, sino a la de Salamanca, si hace falta.
Esto es una verdad lógica para cualquiera que sepa lo que es el sufrimiento y sacrificio de la penitencia bajo una trabajadera...
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